El agua es el gran olvidado en la alimentación de perros y gatos. Nos preocupamos por elegir el mejor pienso, buscar ingredientes de calidad, pero muchas veces pasamos por alto lo más básico: el agua. Y, sin embargo, sin ella, nada funciona.
Más allá de ser una simple fuente de hidratación, el agua es la pieza clave en el engranaje del cuerpo de nuestros compañeros de cuatro patas. Regula su temperatura, facilita la digestión, transporta nutrientes, lubrica sus articulaciones y ayuda a eliminar toxinas. Sin suficiente agua, todo se ralentiza, y con el tiempo pueden aparecer problemas de salud serios.
¿Cómo asegurarnos de que beben lo que necesitan?
Agua siempre fresca y accesible
Es fundamental que siempre tengan agua limpia y fresca a su disposición. Suena obvio, pero no siempre lo es: los recipientes deben estar en buen estado y limpios para evitar la acumulación de bacterias.
Varios puntos de agua
Si tienes una casa grande o con varias plantas, coloca recipientes en distintos lugares. Para algunos gatos, el simple hecho de tener que desplazarse mucho puede hacer que beban menos de lo necesario.
Fuentes de agua en movimiento
Muchos animales prefieren el agua en movimiento antes que un cuenco estático. Si notas que tu gato o perro no bebe lo suficiente, una fuente de agua puede ser una buena solución.
Alimentos con alto contenido de agua
Los alimentos húmedos son especialmente importantes en la dieta de los gatos, ya que estos suelen beber poca agua de manera natural. Incluir comida con un buen porcentaje de humedad en su dieta puede marcar la diferencia en su hidratación.
Observar su consumo
Un cambio en la cantidad de agua que beben puede ser una señal de alerta. Si un perro o gato de repente empieza a beber mucho más o mucho menos de lo habitual, puede ser indicativo de problemas renales, u otras enfermedades endocrinas o incluso diabetes.
¿Qué pasa si no beben suficiente?
Una hidratación deficiente no tarda en pasar factura. Estos son algunos de los problemas más comunes cuando el agua no es suficiente:
- Deshidratación: Se traduce en letargo, encías secas, piel menos elástica y pérdida de apetito. Puede ser grave si no se detecta a tiempo.
- Infecciones urinarias: El agua ayuda a mantener el tracto urinario limpio y a prevenir infecciones.
- Problemas renales: Especialmente en gatos mayores, una hidratación insuficiente puede acelerar el deterioro de los riñones.
- Cálculos urinarios: Una orina demasiado concentrada facilita la formación de cálculos, que pueden ser muy dolorosos e incluso requerir cirugía.
El agua, el nutriente más olvidado
Cuidamos su alimentación, elegimos lo mejor para su bienestar… pero nada de eso sirve sin agua suficiente. Tener siempre agua limpia y fresca, facilitarles su acceso y prestar atención a su consumo es clave para evitar problemas de salud.
Y si hay dudas sobre si están bebiendo lo necesario, el veterinario siempre será el mejor aliado.