¿Sabías que la salud intestinal de tu perro o gato influye sobre su estado de ánimo? Y no, no es solo porque les encante la hora de la comida. Desde hace tiempo se habla de que el intestino funciona como “un segundo cerebro» en las personas. Pues este concepto, basado en la conexión entre el sistema digestivo y el sistema nervioso, también es aplicable a nuestros compañeros animales.
El intestino como “segundo cerebro”
El intestino contiene millones de neuronas y se comunica con el cerebro a través del eje intestino-cerebro, enviando señales que pueden alterar el comportamiento, el estado de ánimo o incluso la energía de nuestros compañeros. Si su microbiota, es decir, el conjunto de microorganismos que vive en su intestino, está desequilibrada, pueden aparecer signos como apatía, ansiedad o irritabilidad, además de los típicos síntomas físicos.
Señales de un desequilibrio intestinal
Muchos cuidadores no lo relacionan, pero si tu gato se esconde más de lo habitual o tu perro se muestra inquieto sin razón aparente podrían estar manifestando un desequilibrio intestinal. Por tanto, podemos ayudarles tan solo con atender a su alimentación.
Nutrientes clave para una microbiota sana
Una microbiota sana se traduce en mejor digestión, menos inflamación intestinal y una respuesta inmunológica más equilibrada. Para conseguir estos objetivos, podemos apoyarnos de nutrientes clave como:
- L-Glutamina: este aminoácido repara la mucosa intestinal y ayuda a mantener la barrera protectora del intestino, evitando que las toxinas pasen al torrente sanguíneo y afecten el estado general.
- Inulina: es una fibra prebiótica que alimenta las bacterias intestinales beneficiosas favoreciendo la producción de butirato, un compuesto antiinflamatorio que mejora la salud intestinal.
- Betaglucanos: también son fibras prebióticas y además ayudan a modular el sistema inmunológico desde el intestino, lo que repercute a su vez en un comportamiento más estable.
- Tributirina: es fuente de energía para las células intestinales. Mantiene la integridad del epitelio y reduce la inflamación.
- Zinc: esencial para la reparación de tejidos y defensa contra bacterias patógenas. Además, mejora la resistencia frente al estrés oxidativo.
Cómo la alimentación influye en su comportamiento
La alimentación, por tanto, tiene un impacto directo y profundo en el comportamiento de los animales, tanto a nivel físico como emocional. Aquí te explico cómo los nutrientes influyen a este nivel:
- Los nutrientes que ingieren los animales influyen en la producción de neurotransmisores como serotonina y dopamina, claves para el bienestar emocional y la motivación.
- Una dieta rica en omega-3, aminoácidos esenciales, vitaminas del grupo B y minerales como el zinc puede favorecer la calma y regula la capacidad de aprendizaje.
- Dietas con carbohidratos simples o azúcares pueden provocar picos de energía seguidos de bajones, generando irritabilidad o hiperactividad.
- Por el contrario, alimentos con proteínas de calidad y grasas saludables ofrecen energía sostenida y mejoran el estado de ánimo.
Conductas asociadas a la malnutrición
La malnutrición y la consecuente falta de nutrientes esenciales también pueden desencadenar conductas tales como:
- Ansiedad o agresividad
- Apatía o inactividad
- Conductas compulsivas (lamerse, morder objetos)
- Problemas de concentración/hiperactividad
La importancia de acudir al veterinario
Por todo ello, si notas que tu perro o gato está más triste, nervioso o desconectado, probablemente no sea algo únicamente conductual. Consulta a tu profesional veterinario de confianza para que revisen su aparato digestivo y sus pautas alimentarias, porque ahí puede estar la clave para devolverle el bienestar.

