Portada » Perder a un animal querido (I). El proceso de duelo

I.

Éste ha sido un año muy malo para mí. He perdido a dos de mis animales, mis dos gatos, de 15 y 18 años de edad, por ello quiero dar a conocer y destacar lo que supone este tipo de pérdida, para otorgarle visibilidad a este duelo. Y es que perder a un animal de compañía es, en la mayoría de los casos, una experiencia profundamente dolorosa y desgarradora. Son nuestros seres queridos y se convierten en miembros de la familia, y su partida deja un vacío difícil de llenar. El duelo por la pérdida de un animal de compañía es un proceso muy personal y puede variar mucho de una persona a otra.

II.

El duelo por la pérdida de tu compañero animal es comparable al duelo por la pérdida de un ser humano para muchas personas. Las etapas del duelo pueden manifestarse de diferentes maneras y en distintos momentos. Es importante recordar que no hay una forma «correcta» de sentir o de procesar esta pérdida y cada uno la gestionará de forma personal y diferente. Las etapas del duelo no tienen por qué ir en este orden y su duración también varía de unos casos a otros. Éstas son:

1. Negación: Al principio, puede ser difícil aceptar que tu animal ya no está, te parece algo irreal o increíble y al cerebro le cuesta asumirlo. Puedes esperar verlo en sus lugares habituales, cuando vuelves a casa o escuchar sus sonidos familiares. Esta etapa es una forma de protección emocional, mientras tu mente se ajusta a la realidad de la pérdida.

2. Ira: La ira puede surgir de la sensación de injusticia o impotencia. Puedes sentirte enojado contigo mismo, con los veterinarios, o con la vida en general. Es importante reconocer estos sentimientos y aceptarlos como una parte natural del proceso de duelo.

3. Negociación: En esta etapa, puedes encontrarte pensando en lo que podrías haber hecho de manera diferente para evitar la pérdida, recordando datos, síntomas etc. Es una forma de intentar recuperar el control en una situación que sientes fuera de tu alcance. Aquí hay que tener cuidado de no culpabilizarnos y saber que hicimos lo mejor que supimos y pudimos en ese momento, con lo que sabíamos y las posibilidades u opciones que teníamos.

4. Depresión: La tristeza profunda y el sentimiento de vacío son comunes en esta etapa. Puedes sentirte abrumado por la ausencia de tu compañero animal y por los recuerdos compartidos, al darte cuenta de que no van a volver a suceder, sino que quedaron en el pasado. Es crucial permitirse sentir esta tristeza y buscar apoyo si es necesario, ya que puede llegar a ser muy dolorosa.

5. Aceptación: Con el tiempo, empiezas a adaptarte a la vida sin tu animal. Esto no significa que dejes de extrañarlo, sino que encuentras una manera de seguir adelante mientras honras su memoria y puedes recordar los momentos vividos cada vez con más cariño y menos dolor.

El dolor de perder a nuestro animal de compañía puede ser intenso y con muchos matices. Puedes experimentar una mezcla de emociones, desde la tristeza profunda hasta la nostalgia por los momentos felices compartidos. La rutina diaria puede cambiar drásticamente, y actividades que antes eran placenteras pueden convertirse en recordatorios dolorosos de la ausencia de tu compañero, como pueden ser los paseos por el monte o sentarte a leer en soledad, cuando anteriormente siempre estaba a tu lado en esos momentos.

Es común sentir una profunda soledad y vacío, especialmente si tu animal era una fuente constante de compañía y consuelo. La conexión emocional que se forma con un animal de compañía es única, y su pérdida puede dejarte sintiendo una falta de propósito o dirección. Por eso, es tan importante que estemos preparados para ella y que la afrontemos con entereza.

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Autora

Mónica Ágreda

Mónica Ágreda

Veterinaria y etóloga felina, con una amplia experiencia en el ámbito de la nutrición animal. Convencida vegetariana, le parece importante separar sus opciones alimenticias personales de los criterios nutricionales, que demandan los animales. Su vocación (ya no tan oculta) es la divulgación.

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